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22 ene 2013

Lincoln

Abraham Lincoln


El pasado domingo tuve la oportunidad de ver con mi mujer la última película dirigida por Steven Spielberg, "Lincoln". Llevaba meses esperando con fervor que la estrenaran desde que me enteré que se estaba rodando. Además, el saber que la protagonizaba Daniel Day-Lewis, uno de mis actores favoritos, alimentaba aún más mi deseo de verla. No soy crítico de cine ni historiador aunque algo entiendo de ambas materias, y no voy a entrar a opinar acerca de su calidad técnica y artística, y ni mucho menos quiero analizar la rigurosidad con la que el personaje ha sido interpretado y tratado en el filme. Lo que sí puedo decir es que para mi es una de esas películas que se saborean en cada fotograma, y de las que pasan los días y sigues masticándola y teniéndola muy presente. Sin duda la veré otra vez y en cuanto salga me compraré el DVD, ya que ha entrado de lleno en mi TOP 50 de mejores películas que jamás he visto.
Insisto en que no voy a entrar en la crítica de los aspectos antes mencionados, pues soy un simple espectador. Lo que sí puedo deciros es que el personaje histórico de Lincoln siempre me ha fascinado desde que tengo uso de conciencia. Me acuerdo que teniendo apenas 5 años encontré en una revista dominical un reportaje sobre él y sobre la guerra civil americana. Apenas leía por lo que sólo me fijaba en las fotos del reportaje y en alguna que otra que otra frase resaltada en negrita. Os puedo decir que aún conservo ese reportaje en mi caja de "reliquias de infancia" y que jamás he llegado a leer. Me llamó mucho la atención su rostro. Es de esas caras reconocibles para cualquiera que tenga un mínimo de conocimientos de Historia; muy personal, impregnada de carisma, seguridad, entereza, pero también a su vez posee un aire entrañable, cercano y bonachón que a mi me hechizó. Recuerdo que cuando vi la foto por primera vez me dije: "este hombre ha tenido que hacer algo importante para salir en esta revista".
Desde ese momento y hasta hace unos 4 años he sabido de él lo que se estudia en el colegio (lo poco de historia americana que se estudia), referencias en películas, series como "Norte y Sur", etc... No obstante siempre que he escuchado su nombre en televisión, radio o leído en cualquier medio, siempre, le he prestado atención.
No fue hasta hace justo 4 años, con la llegada de Obama, época en la que la figura de Lincoln se puso de moda por razones que conocemos, cuando un día, estando en la biblioteca pública, me fijé en una pequeña biografía suya. Sin dudarlo la cogí y la leí en los días sucesivos, masticándola poco a poco, como el pasado domingo hice con la película.
Volví a mi recuerdo de infancia mientras lo leía, y a medida que avanzaba comprendía el motivo por el que me llamó la atención en su momento. Se trata de hombre de procedencia muy humilde, hecho a sí mismo. Desde su infancia en la pequeña cabaña de Kentucky hasta su llegada a la Casablanca te encuentras con casi medio siglo de vida dedicada por entero a los demás, con una visión a largo plazo y Universal que sólo tienen los hombre llamados a pasar a la Historia. Tan convencido estaba de sus ideales que en algunas partes de su vida mostró una actitud y un proceder maquiavélico en pos del interés general y la justicia, con mano firme y mucha entereza, lo que por otra parte le generó bastantes enemigos. Combinaba perfectamente su cercanía con el Pueblo (sus años de abogado que le permitieron recorrer medio país llevando casos fueron una buena escuela para él) con sus labores de Estadista, y siempre, en las dos esferas, teniendo muy presente el mismo hilo conductor en todas las decisiones y acciones que ejecutaba, la justicia, en su más amplio sentido. Era consciente de su liderazgo y usaba en la política las mismas triquiñuelas que usaba durante el ejercicio de la abogacía.
Todos estos matices comentados y una vida personal y familiar llena de buenos pero también de muchos malos momentos (la muerte de un hijo por ejemplo), se veían reflejados en su rostro, en ese retrato suyo que vi en mi niñez. Todos estos matices, en mi opinión, forman la esencia de su persona, y esa esencia la he visto en la película, o al menos mi niño interior lo ha querido ver. El domingo salí del cine con un pensamiento, y es que "algo" me dijo con 5 años que tendrían que pasar muchos años (han sido más de 30), tener mis propias vivencias y experiencias, para llegar al fin a comprender la intensidad del personaje cuyo rostro se plasmaba en esa foto, salí con la sensación de que había conseguido por fin cerrar un círculo. Ahora ya puedo leer ese reportaje.

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